Este peculiar síndrome se da cuando una persona es secuestrada o retenida contra su voluntad y desarrolla un sentimiento de complicidad con su secuestrador.
Según el psicoanálisis, el ayudar a tu captor a alcanzar sus objetivos sería un fuerte mecanismo de defensa inconsciente desarrollado por el secuestrado con el único fin de sobrevivir evitando, de esta manera, las acometidas violentas del secuestrador y el shock emocional debido a la situación en la que te ves envuelto.
De esta manera se produce un sentimiento inconsciente de vínculo con el secuestrador que puede llegar a producir verdadera simpatía por parte del secuestrado.
El síndrome adquirió su nombre después de un atraco en Estocolmo el cual duro 6 días. En él las 4 victimas, un hombre y tres mujeres, se mostraron simpáticos con sus secuestradores a los cuales defendieron incluso después del secuestro mediante una serie de procedimientos legales. Tanto es así que se comenta que una de las mujeres secuestradas podría haberse comprometido con uno de sus captores.
Sin embargo, nunca hay que perder de vista el hecho de que las víctimas del dichoso síndrome solo buscan su propia supervivencia activando un mecanismo de defensa inconsciente tan poderoso que les vuelve altruistas hacia sus captores de una manera incontrolable para ellos mismos.
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