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martes, 12 de enero de 2016

Psicología Social II (El experimento de Stanley Milgram y breve reflexión)


Stanley Milgram, al cual nos referiremos en esta entrada, fue el autor de uno de los más importantes experimentos sobre obediencia en el mundo entero.


Muy poquito después del fin del régimen nazi este profesor de Yale comenzó a realizar sus experimentos. Estos estaban orientados a explicar porque el, aproximadamente, millón de cómplices que tuvo el Holocausto hicieran lo que hicieron simplemente siguiendo órdenes.
Milgram se refiere a su experimento con las siguientes palabras: "Los aspectos legales y filosóficos de la obediencia son de enorme importancia, pero dicen muy poco sobre cómo la mayoría de la gente se comporta en situaciones concretas. Monté un simple experimento en la Universidad de Yale para probar cuánto dolor infligiría un ciudadano corriente a otra persona simplemente porque se lo pedían para un experimento científico. La férrea autoridad se impuso a los fuertes imperativos morales de los sujetos (participantes) de lastimar a otros y, con los gritos de las víctimas sonando en los oídos de los sujetos (participantes), la autoridad subyugaba con mayor frecuencia. La extrema buena voluntad de los adultos de aceptar casi cualquier requerimiento ordenado por la autoridad constituye el principal descubrimiento del estudio".

A través de cárteles colocados en paradas de autobuses de Florida se reclamaban voluntarios para un experimento relacionado con el aprendizaje y la memoria, por lo cual se pagaba 4 dólares más dietas.  A dichos voluntarios se les oculto que en realidad el experimento trataba sobre obediencia a la autoridad (los voluntarios eran personas de 20 a 50 años sin más que especificar).

El experimento requirió de 3 personas. El experimentador (Milgram), el maestro (el voluntario que leyó el anuncio) y el alumno (un cómplice del experimentador, sin conocimiento de esto por parte del voluntario). Al empezar el experimento se engaña al voluntario amañando un sorteo el cual siempre le elegirá a él como maestro y al cómplice como alumno. A continuación el experimentador sienta al alumno en una silla eléctrica detrás de un vidrio (para evitar que el maestro le vea con claridad),  le pone unos electrodos y  comenta que las descargas que se van a proporcionar pueden llegar a ser muy dolorosas pero no provocaran en ningún caso daños irreversibles. 

A los participantes se les comenta que todo será grabado por si en algún caso se les ocurre negar lo ocurrido.

Al comenzar el experimento se requiere al maestro que le proporcione una descarga dolorosa al alumno a modo de prueba. A continuación se le entrega al maestro una lista de pares de palabras la cual debe leer en voz alta para posteriormente decir una palabra y que el alumno la complete con el par correspondiente hasta terminar la lista entera. La posición del alumno tiene trampa, responderá mal a posta para obligar al maestro a proporcionarle descargas que en realidad son falsas pero que se hace creer al maestro que son verdaderas mediante una serie de grabaciones de una persona gritando de dolor que se activaran cada vez que este presione el botón que se supone que aplica la descarga (todo esto combinado con movimientos espasmódicos fingidos por el alumno para darle realismo). Cada fallo conlleva que el maestro aumente la potencia de las descargas hasta un máximo de 450 voltios. Si se llegara a 300 voltios se apagaría la grabación simulando que el alumno está en coma. El experimento finalizaría si el maestro se negara a continuar a pesar de que el experimentador le pida que continúe o si aplicara 3 veces la descarga de 450 voltios.

Pues bien, aunque parezca increíble, ante la única instrucción "amable" del experimentador de continuar dicha una sola vez (porque si se negaba había que parar) y a pesar de los gritos de dolor del alumno o su falta de respuestas ante tales descargas, el 100% de los maestros llegaron a aplicar la descarga de 300 voltios antes de negarse a continuar y el escalofriante 65% llegó a aplicar la mortal descarga de 450 voltios.



Lo curioso es que la clave esta en que el maestro cede su responsabilidad al experimentador y se deshace de todo tipo de moral, lo cual le permite continuar maltratando al alumno por que sí (solo por el hecho de que si pasase algo grave la culpa va para otro).


De esta manera y bajo el mismo proceso combinado con lo explicado en "La cárcel de Stanford" y muchos mas procesos psico-sociales se entiende qué factores son los que propiciaron (entre muchísimos otros, por supuesto) que un millón de cómplices asesinaran sin piedad en el Holocausto o los que propician (entre otros de nuevo) que hoy en día militares estadounidenses asesinen a sangre fría a mujeres y niños en poblados iraquíes con muchas técnicas para evitar la responsabilidad o aumentar el anonimato como lo explicado en la anterior entrada y en esta o simplemente bombardeando con aviones a gran altura mientras se observa a los objetivos por una pantalla como si se tratase de un juego.


Triste pero cierto, ahí fuera detrás de nuestras ventanas hay campos de entrenamiento donde se forman maquinas de matar. Seres humanos fríos que se limitan a aprender quien es el enemigo porque su comandante así lo indica y a eliminarlo sin rastro de sentimientos. Si en algún momento te preguntaste el porque los soldados son rapados o porque llevan el mismo uniforme, porque tienen placas al cuello con un numero identificativo aquí tienes la respuesta. Se trata de una despersonalización en masa que crea personas que no saben quienes son ni que hacen en realidad. Solo son una persona que es igual a las demás que le rodea que coge un arma y con toda libertad asesina sin piedad a cualquiera que sea el objetivo porque en el fondo saben que cualquiera de las personas que son y visten como el lo ha podido hacer y en el remoto caso de que se le juzgue él solo cumplía ordenes de sus superiores (en los cuales recae la responsabilidad).


Esta reflexión solo es un 1% de lo que podría explicar sobre despersonalización y obediencia a la autoridad pero creo que con una breve y sencilla explicación del proceso se entiende mejor y os podéis hacer una idea de a lo que me estoy refiriendo en esta entrada. En efecto, no solo podemos crear asesinos fríos que maten por matar...si no que lo hacemos.












 

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