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domingo, 3 de enero de 2016

La Pareidolia

Seguro que en algún momento de tu vida te has parado a mirar al cielo. Allí arriba tu mirada ha encontrado una nube que, a diferencia del resto, tiene una forma familiar. O puede ser que hayas mirado un enchufe y hayas reconocido sin lugar a dudas la forma de un rostro con sus ojos y su boca. Pues bien, este tipo de fenómenos tienen nombre y como podéis suponer al haber leído el titulo, se trata de la pareidolia.

El mundo es un lugar complejo y existe independientemente de nuestra capacidad para reconocerlo. Cada 24h la luz viene y se va, cambiando completamente el aspecto de todo lo que nos rodea. Todo aquello que tiene vida tiene la capacidad de cambiar y todo aquello que se mueve y maneja cierto grado de inteligencia es capaz de modificarse a si mismo y de cambiar todo aquello que le rodea. Hoy percibes de una manera y mañana de otra. Yo percibo de una manera y tu de otra. El ser humano percibe de una manera y cualquier otro animal inferior percibe de una manera distinta. La información se amontona, cambia de manera natural o siendo manipulada, se vuelve cada vez mas compleja. ¿Cómo vamos entonces a obtener información clara de un lugar tan caótico?.

Habrá que dar gracias a que nuestro cerebro, sabio el, venga ya equipado con algunos mecanismos para reconocer patrones y continuidades en medio de un puro desajuste sensorial. Nuestras redes neuronales hacen el trabajo sucio activándose igual ante dos estímulos aparentemente distintos. He aquí el porque de que, aunque no veamos a alguien conocido durante un tiempo, podamos reconocerle a pesar de su cambio físico a causa del tiempo. Este mecanismo también nos permite actuar de la misma manera ante situaciones distintas, aplicar lo aprendido. Por poner un ejemplo: Ves a una serpiente y se activa por primera vez una red neuronal que te alerta de un posible peligro (he aquí el aprendizaje) y dos semanas después ves a un león el cual vuelve a activar la misma red neuronal que te alerta del peligro (he aquí la aplicación de los aprendido). Este mecanismo tiene infinidad de usos pero un claro efecto secundario, la pareidolia.


La pareidolia es un fenómeno psicológico consistente en el reconocimiento de patrones significativos en estímulos ambiguos o aleatorios. Como se muestra en la imagen (es imposible que no reconozca la cara plasmada en este bolso). Una vez te hayas dado cuenta no podrás dejar de verlo.

Como se puede suponer, dependiendo de los patrones relevantes aprendidos habrá mas o menos facilidad para ciertas pareidolias e incluso podrás entrar en discusión con un amigo el cual afirma que ve una vaca en la misma nube donde tu ves un caballo (y es evidente que ambos tendréis razón).

La explicación de porque normalmente vemos pareidolias de caras humanas (como es el caso de la foto) reside en que nuestro sistema visual se ha vuelto muy sensible al reconocimiento de caras humanas (sobre todo a las que se encuentran en vertical) debido a que es la principal fuente de información no verbal a la cual tenemos acceso. Después de eso, nuestro cerbero quiso marcha y se dedico a aprender a formar patrones simples, regulares y reconocibles en la infinidad de objetos que nos rodean.


Como todo lo explicado en este blog este fenómeno también tiene su inicio en el cerebro. En concreto es nuestro giro fusiforme el encargado de procesar la información relativa a las caras humanas y también el origen de la pareidolias.

Esta estructura es capaz de hacer que, en cuestión de centésimas, veamos caras allí donde las hay...y allí donde no las hay (lo cual nos produce una fuerte sensación de ver a alguien allí donde solo hay un grifo, o una caja). Esto es la consecuencia de crear un cerebro preparado para obtener información masiva de un mundo tan complejo (el subconsciente del giro fusiforme se activara cada vez que veamos algo que se parezca a una cara o a algo que ya conozcamos).

Así que, cuando llegue la próxima vez que veas una forma conocida en una nube aleatoria acuérdate de quien esta trabajando sin descanso para que no te pierdas nada.

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